Nuestro colaborador, Carlos Hermoso de Mena, consultor y profesor, ex-gerente y director de Recursos Humanos en hospitales y organizaciones sanitarias, comparte con nosotros su visión sobre la transformación digital de las organizaciones sanitarias, un tema de mucha presencia y fundamental en estos momentos.
Uno de los conceptos más actuales en el ámbito de la gestión de las organizaciones es el de la transformación digital. Artículos, jornadas, cursos, discursos, conversaciones formales e informales, abordan esta cuestión que, para unos es un elemento clave para el futuro de las organizaciones y para otros, solo una moda pasajera, como tantas otras en el mundo de la gestión. La evolución exponencial de la tecnología ha puesto en marcha un proceso de profundo cambio en la sociedad y en las organizaciones, por lo que cualquier estrategia de las organizaciones pasa por asumir el impacto de las TIC y llevar a cabo un proceso de transformación digital.
Las organizaciones sanitarias no son, evidentemente, ajenas a la cuestión de la transformación digital. Estas estructuras se caracterizan, desde hace tiempo, por una decidida incorporación de las nuevas tecnologías a sus procesos asistenciales. Esta afirmación es comprobable tanto desde el punto de vista de los profesionales, como de los pacientes y usuarios, que están habituados a convivir con normalidad con sofisticados equipos tecnológicos en los hospitales.
En los últimos años, tanto las organizaciones sanitarias públicas como las privadas han realizado un gran esfuerzo para disponer de los medios tecnológicos más avanzados. Teniendo en cuenta que la evolución tecnológica en los equipamientos sanitarios, tiene la misma tendencia de crecimiento exponencial que en el desarrollo del resto de dispositivos digitales. Esta situación es fácilmente identificable si se comparan los actuales parques tecnológicos de los hospitales con los existentes hace relativamente pocos años, o si comparamos los importes destinados actualmente a las inversiones en esta materia, así como los gastos asociados al funcionamiento y al mantenimiento de estos equipamientos tecnológicos, con los que existían hace solo unos años.
Sin embargo, esta incorporación de la más moderna tecnología en las organizaciones sanitarias no es homogénea en todos los ámbitos de la estructura organizativa. Existen áreas donde es ya tradicional disponer de la más avanzada tecnología, como son las áreas de diagnóstico por la imagen, las áreas quirúrgicas, las de diagnóstico biológico, etc. Otras áreas que también han recibido las tecnologías digitales más avanzadas han sido las relacionadas con los sistemas de información asistencial, la llamada historia clínica electrónica, con un grado de implantación en claro desarrollo.
El actual entorno VUCA (Volatilily, Uncertainty, Complexity and Ambiguity) en el que se encuentran todas las organizaciones, incluidas las sanitarias, sometidas a la presión de lo urgente, hace que el corto plazo imponga sus condiciones en detrimento del largo plazo. Las organizaciones sanitarias han apostado por la incorporación de las nuevas tecnologías, pero resulta evidente que por motivos estratégicos o como consecuencia de las prioridades asistenciales y de las limitaciones económicas, su distribución y su nivel de implantación en las diversas áreas de sus estructuras organizativas es muy heterogénea, conviviendo en la misma organización áreas con un gran desarrollo tecnológico con otras en las que se ha producido un recorrido muy limitado en la incorporación de nuevas tecnologías.
La tecnología por sí misma no equivale a transformación digital de la organización, igual que hay procesos de transformación que no conllevan disrupción digital. La transformación digital es fundamentalmente un proceso de transformación de la organización, de su cultura. Es un
proceso de cambio en la manera de pensar y en los comportamientos de las personas que forman la organización. No es cuestión de la cantidad de equipamiento tecnológico disponible.
No se trata de digitalizar las estructuras, los procesos y procedimientos que ya tenía la organización, sino de establecer nuevas estructuras, procesos y procedimientos que den solución a los retos presentes y futuros de sus organizaciones en un entorno que es inevitablemente digital. En consecuencia, no se debe asociar transformación digital con la disponibilidad de equipamiento digital, sin tener en cuenta otras consideraciones.
El proceso de transformación digital requiere una reflexión previa en la organización para definir los objetivos que quiere conseguir, en conjunto y en cada una de sus áreas. Requiere establecer una planificación estratégica ajustada a las necesidades concretas de cada organización y de su entorno. Y este proceso debe hacerse teniendo en consideración las bases sobre las que se estructura y articula la organización: propósito, cultura organizativa, misión, visión y valores. Los planes de acción y las inversiones serán el resultado de esta fase previa.
Y además, un proceso de transformación digital requiere que las personas que forman la organización se involucren de manera efectiva en ese tránsito hacia una nueva etapa en la evolución de la organización. Un modelo de liderazgo adecuado es también un elemento necesario en el proceso de transformación digital.
Los procesos de transformación, el de transformación digital también, generan resistencias. Estas resistencias son especialmente fuertes en organizaciones con culturas muy consolidadas o con altos niveles de regulación. Estas son características muy frecuentes en las organizaciones sanitarias, en tanto que burocracias profesionales.
La realidad está marcada, y todo parece indicar que lo estará aún más, por la evolución de la propia sociedad. Los ciudadanos, como consumidores, con sus actitudes, comportamientos y en última instancia con sus decisiones, van a determinar en qué medida los modelos organizativos tradicionales van a continuar y durante cuánto tiempo.
Esta evolución está marcando el presente y el futuro de muchas organizaciones, también en el ámbito sanitario. Las decisiones estratégicas, más allá de la respuesta a las demandas del corto plazo, deben ser capaces de alcanzar con éxito un proceso de transformación digital que garantice la supervivencia de la organización.
Como señala Frederic Laloux en su libro Reinventar las organizaciones: “Existe la sensación generalizada de que la actual gestión de las organizaciones ha llegado a su límite. La vida de las organizaciones desilusiona cada vez más. Las encuestas son contundentes en mostrar que para quienes se hallan en la base de la pirámide laboral, el trabajo supone más tedio y miedo que pasión y propósito.” “… si queremos sobreponernos a los problemas nuestra época, necesitamos nuevos tipos de organizaciones.”
Carlos Hermoso de Mena
Consultor y profesor, ex-gerente y director de Recursos Humanos en hospitales y organizaciones sanitarias.
Colaborador de Opem.