Por fin, después de un largo año de trabajo llegamos a la Meta deseada, el fin último de nuestro esfuerzo anual: las vacaciones de verano. Sin embargo, lo que en principio parece que puede ser un momento idílico de paz y tranquilidad, alejándonos de los monótonos sonidos de la oficina y de la luz de los fluorescentes, puede acabar convirtiéndose en una pesadilla. El hecho de no saber desconectar del trabajo puede traernos una frustración mayor durante estos días de descanso que si estuviéramos allí trabajando sin parar.
Las vacaciones no son algo opcional, ya que después de medio año de trabajo, este descanso es más que necesario. El año pasado hablábamos de la importancia de no saltarse este descanso estival, ya que un poco de perspectiva y de tiempo con familia y amigos puede ayudarnos a refrescar ideas y a reenfocar objetivos. Por este motivo, os traemos unos cuantos consejos para ayudaros a dejar lejos de vuestra toalla en la playa o vuestros paseos por la montaña, las preocupaciones diarias del trabajo.
Con esto, desde Opem, creemos que ya tenéis las claves para dejar las preocupaciones en la oficina y disfrutar al cien por cien de vuestras vacaciones. Y, si todo falla, externaliza en una empresa compuesta por buenos profesionales que no te fallen y desconecta tranquilo.
Nosotros también vamos a poner en práctica todos estos consejos, para llegar con nuestra mejor sonrisa y las energías recargadas para dar lo mejor de nosotros, así que… ¡nos vemos en septiembre!
Equipo de Opem
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