El buen negociador se hace, no se nace. Igual que se aprende poco a poco a hablar y a caminar, la negociación es una actividad social que se puede dar en entornos muy diferentes, lo que hace que siempre tropecemos un poco al principio de nuestra andadura negociadora. Puedes nacer con una cierta predisposición a enfrentarte a este tipo de situaciones, pero a los grandes maestros solo los hace la práctica.
En el día a día nos encontramos cientos de veces con situaciones donde debemos negociar. Cuando tu hijo te pide quedarse una hora más despierto por las noches, cuando compras en un mercadillo o cuando un empleado te pide un ajuste del horario laboral, hay que usar la negociación.
El problema es que mucha gente no entiende que una buena negociación acaba con las dos partes satisfechas. Ambas deberán renunciar a cosas, hasta encontrarse en un punto medio que haga felices a las dos partes. El win-win es el único resultado deseable para una buena negociación.
Entonces ¿cómo podemos iniciarnos en el arte de aprender a negociar? Está claro que negociando sería la respuesta lógica, pero antes de pasar a la práctica siempre viene bien algo de teoría. La formación previa resulta indispensable para asentar diferentes conceptos que luego pondremos en práctica. Conocer de antemano diferentes técnicas de negociación establecidas, o procesos mediante los cuales se ha llegado a un convenio que antes hubiera parecido irrealizable, también nos ayudan a conocer los entresijos de esta práctica.
Para los profesionales de hoy en día es difícil encontrar un hueco para dedicarse a su formación, tras tantas horas de jornada laboral. Casar los horarios laborales y de formación entre semana es misión imposible, y si nos planteamos asistir a clases en fin de semana, al cabo de un mes o incluso menos, veremos nuestra motivación perecer.
¿Cuál podría ser entonces la solución? En este caso la formación online se alza como la gran favorita. La principal desventaja es que nos deja sin excusas para posponer más la formación. Entre sus ventajas podemos encontrar su flexibilidad, ya que serás tú el que elija el momento y el lugar en que se disponga de tiempo para la formación; su carácter económico, ya que esta formación al no requerir desplazamientos ni reserva de aulas tendrá un precio inferior a la presencial; y, sobre todo, que dispones de la posibilidad de volver sobre los conceptos tantas veces como sea necesario ya que dispondrás de todo el material en vídeos que irán desgranando diferentes temas.
La negociación, como cualquier otra habilidad práctica, requiere de un uso constante para depurar la técnica. Sin embargo, nunca está de más renovarse (y de hecho se podría decir que si no lo haces, estará de menos), y eso solo se consigue a través de formación. Si dispones de tiempo para asistir a clases o seminarios, no lo dudes, asiste. En caso de que no, opta por el sistema e-learning. O incluso combina ambas formas. El formato lo escoges tú, pero fórmate.
El Equipo de Opem