Después de una semana de trabajo acortada a causa de los monumentos fogueriles repartidos por las calles alicantinas, la ciudad vuelve a retomar su ritmo. Aunque este fin de semana largo sirve como un anticipo de las vacaciones, aún queda trabajo por delante. Y mucho, además. Muchas empresas se toman el mes de julio como un mes tonto, donde poco se puede hacer porque la mitad de la gente está de vacaciones y la actividad baja. Pero precisamente eso es lo que lo hace tan relevante. Julio es el momento perfecto para dar el paso atrás que luego nos permitirá dar un salto hacia adelante. Es el momento de resurgir entre las llamas.
Tras medio año de trabajo persiguiendo los objetivos establecidos con las doce campanadas, ahora toca el periodo de reflexión y replanteamiento de los procesos. Cuando se corre hacia una meta tendemos a perder la visión del entorno que nos rodea. De vez en cuando, hay que hacer una parada para mirar a los lados y comprobar que estamos yendo por el buen camino, antes de llegar y tener que darnos la vuelta. En ese sentido, julio es el mes perfecto para apartarse y reflexionar sobre lo sucedido.
- Comprueba tus objetivos para el año y analiza cuántos has completado, cuántos tienes en marcha y cuántos habías olvidado. Las urgencias e imprevistos del día a día provocan muchas veces la pérdida de la visión a largo plazo y llevan a una desafección con la misión de la empresa.
- Retoma proyectos abandonados y dales un enfoque actual. Lo que pensaste ayer, podría servirte perfectamente para el día de mañana.
- Relaja la mente y plantea nuevos frentes. No estamos a final de año, por lo que aún se pueden plantear nuevos senderos a recorrer, que pueden darle un giro a lo que queda de año.
- Vacía tu lista de tareas pendientes. Todas esas líneas intachables en tu agenda por falta de tiempo o por sucesivos retrasos de las mismas debidos a su inferior relevancia podrán ser eliminadas de una vez por todas.
- Recupera el contacto con clientes, compañeros y proveedores o aprovecha para crear nuevos contactos. Échale un vistazo a tu agenda, coge el teléfono y dedícate a saludar a todos aquellos a los que no hayas tenido oportunidad de dedicarles algo de tu tiempo en lo que va de año.
Verás, que como rezaba la canción de Manolo García, nunca el tiempo es perdido. Siempre hay algo que hacer y más en un entorno tan cambiante como el actual, donde las modas duran semanas y el cambio es lo único estable. Hay que hacer como el ave fénix y periódicamente resurgir de nuestras cenizas. Renovarse o morir, se ha dicho.
Alba Lúa Martín
Imagen: Alicanteturismo.com