De igual forma que una buena estrategia empresarial tendrá poco futuro si no le acompaña una adecuada implantación, debemos tener en cuenta que, en general, no basta con ser un buen profesional, estar permanentemente actualizado, formado o comprometido con la empresa para que ésta reconozca el mérito que merece, debe saber venderse. E incluso debemos tener en cuenta que de nada servirá el talento si no es capaz de aportar valor al proyecto.
Aunque es cierto que muchas organizaciones ya tratan de objetivizar este aspecto a través de medir y valorar la productividad y/o desempeño de sus trabajadores, también es cierto que no siempre se consigue o se arrastran ciertos sesgos.
Todo esto sin contar con que también hay numerosos casos a la inversa, es decir, mucho profesional tóxico eximiendo sus responsabilidades, pero hábiles vendiendo logros que consiguen otros compañeros o subordinados.
Así pues, como además de ser bueno, hay que parecerlo, aquí tienes unos cuantos consejos que pueden ayudar a conseguirlo:
Confía en ti. Cuenta tu historia. Ten siempre preparada la información acerca de quién eres y qué has hecho.
Supera la timidez. Trata de hablar en las reuniones.
Sé auténtico. Decir la verdad te llevará a ganarte la confianza y el respeto de los demás, y eso ayuda a construir una reputación sólida.
Trata de comprender qué le importa a tu jefe (sin ser pelota). Asegúrate de que tu jefe es consciente de que tu trabajo implica resolverle problemas.
Acepta y agradece el reconocimiento que te otorgan los demás.
Cuando ayudas a alguien a promocionarse, automáticamente te promocionas tú.
Trata de aportar capacidades nuevas e inesperadas a tu actual ocupación.
Sé positivo y entusiasta.