Cuando hablamos de formación fuera del aula, “outdoor training” en inglés, es fácil que encontremos posicionamientos diversos en nuestra audiencia. Unos hablarán de pasar un día divertido, otros de compartir un entorno diferente con amigos, otros directamente una chorrada y pérdida de recursos y algunos hablarán de una experiencia que les cambió.
A veces una imagen vale más que mil palabras….
En la imagen que comparto al inicio aparecen niños enfadados, lo que no deja de ser una alegoría a cómo nos sentimos por dentro, porque aunque demos una imagen externa diferente, dentro de nosotros, como empresari@s y directiv@s, nos sentimos en una parte así. Todo lo vivido estos dos años se ha llevado por delante negocios, proyectos, parejas, vacaciones, ingresos … y porqué no, también defraudados y frustrados porque nos ha robado objetivos vitales, sueños e ilusiones.
Y por qué ponemos esta imagen…. porque revela lo que no vemos. Cuando miramos dentro de las organizaciones estamos encontrando demasiados equipos y personas frustradas, sin ilusión, sin energía y con la visión puesta en la supervivencia a corto plazo, en muchos casos buscando otro lugar dónde trabajar, porque ni pueden ni quieren mirar más allá o culpabilizan del problema al propio entorno laboral, sin entender del todo que el problema comienza en uno mismo.
Y aquí el outdoor training es una forma potente de reconectar, de integrar, de reflexionar y asumir, pero sobre todo de unir, compartir y mirar en la misma dirección.
Si nos encontramos equipos desmotivados, con problemas serios de comunicación, con dificultades de relación, con dificultad de compartir objetivos y estrategia, pero además hemos intentado otras alternativas que no funcionan, esta puede ser una buena solución.
Aquí te compartimos una historia de una directiva, en este caso, que trabaja en Madrid y participa en una actividad organizada por OPEM. Hubiera resultado más ortodoxo hacer un post hablando de lo que te aporta el outdoor, pero me gustaría que te pongas en la piel de nuestra directiva por un momento y sientas la experiencia del viaje que realiza con su equipo.
Que las imágenes no te engañen: el juego, las simulaciones, los ejercicios y casos están pensados y desarrollados para conseguir objetivos didácticos y resultados en el equipo. Sin este trabajo detrás podemos confundir pasar un día divertido para reirnos (que nos parece estupendo) con trabajar con personas y equipos para superar situaciones, mejorar su productividad y fortalecer su estrategia a largo plazo.
Tal vez es tiempo de que asumamos lo que nos está pasando y lo afrontemos para hacer empresas más productivas con equipos más cohesionados, dónde todos personas y organizaciones salen ganando.
¿Quieres que te contemos casos reales con experiencias de cambio a través del Outdoor Training?