La otra cara del éxito OPEM Universidades 15 de enero de 2018

La otra cara del éxito

Empieza un nuevo año, y, con ello, nuevos propósitos (o antiguos que no hemos llegado a cumplir) que queremos poner en marcha.

 

Como cada año esperamos que éste sea el definitivo, porque éste va a ser tu año. El año en el que voy a ir a por todas y voy conseguir que se cumplan todas mis metas, mis sueños, mis objetivos…

En definitiva, un año de éxito.

 

Pero… ¿Qué es el éxito?

 

Parece una pregunta sencilla, con un significado obvio. Lo curioso es que es de esas preguntas que rara vez (o nunca) nos hacemos. De esas preguntas que pasan completamente desapercibidas.

 

Muchos definen el éxito como ‘’aquel acontecimiento bueno que pasa’’ o ‘’la realización de una acción y que sale bien’’. Podría apostar a que te sientes identificado/a con estas definiciones.

 

Según la RAE, el éxito se define de tres maneras posibles:

  1. Resultado feliz de un negocio, actuación, 
  2. Buena aceptación que tiene alguien o algo.
  3. Fin o terminación de un negocio o asunto.

 

Yéndonos aún más lejos, la palabra éxito proviene del latín, del término éxitus, cuyo concepto se refiere al efecto o la consecuencia acertada de una acción o de un emprendimiento.

Como vemos, podríamos aunar, así, todas estas definiciones en una sola frase:

 

La terminación feliz de un asunto.

 

Así que podemos entonces sostener que, si llevamos a cabo un proyecto y éste no sale como esperábamos (es decir, no sale bien), no es un proyecto que se ha llevado con éxito… ¿verdad?

O si estamos pasando por un momento difícil, donde nos están pasando muchas cosas malas, no es un momento de éxito… ¿verdad?

 

Parece fácil. Parece que tenemos claro qué significa.

Si cualquier acontecimiento no te sale bien, no estás en un momento de éxito.

 

Ahora, démosle la vuelta a la moneda.

 

La definición deja clara entonces que el éxito no depende del todo de ti. Si no de las circunstancias. De si lo que te rodea te ha salido bien, genial, estás en éxito.

Pero ¿y si una persona se esfuerza al máximo porque su objetivo salga bien, y éste finalmente no le salga… ¿no es una persona de éxito? ¿Su esfuerzo no sería equivalente a ello?

La definición de éxito entonces dejaría fuera a cualquier esfuerzo, sentimiento o sensación.

 

Winston Churchill, primer ministro británico,  define el éxito de la siguiente manera:

 

El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo

 

Es decir, el éxito equivale a esfuerzo, a motivación, a entusiasmo. A no perder las fuerzas ni las ganas en conseguir aquello que quieres. Porque no rendirse, pese a todas las adversidades, ya es éxito.

Ya no importa si consigues tu meta, importa el empeño, las ganas, la tenacidad y la perseverancia que pongas en ello.

 

Porque el éxito ya no depende de tus circunstancias, depende sólamente de ti.

 

 

Por lo que a este 2018 pídele fuerza.

Pídele entusiasmo.

Porque con ese éxito se llega a cualquier lado.

Y se vence cualquier barrera.

 

 

 

Equipo de  Opem

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